
NOS VAMOS AL DENTISTA
Muchos de nuestros niños y no tan pequeños con DCA o TEA ir a una consulta médica, en concreto ir al dentista se convierte en una experiencia muy estresante, hasta puede llegar a ser traumática.
Los motivos por los que ir al dentista generan ansiedad pueden ser varios:
FALTA DE COMPRENSIÓN
Algunos no entienden por qué hay que ir a un sitio dónde una persona vestida de blanco o azul o verde te abre la boca, te mira y usas utensilios raros mientras se está tumbado en un sillón con una luz en la cara. Es normal que no entiendan la importancia de una buena higiene dental ni las consecuencias de no tenerla.
SENSIBILIDAD
Las dificultades a nivel sensorial en niños con DCA o TEA son muy habituales. Si añadimos que la boca es una de las partes del cuerpo con más receptores sensitivos la historia se complica más. En os casos en los que existe hipersensibilidad térmica o táctil, una visita al dentista puede llegar a ser muy doloroso en muchos casos tan solo el uso del cepillo de dientes o un enjuague puede serles desagradable.
Si añadimos alta sensibilidad a olfato también podemos ir sumando el alto olor de los productos dentales y hasta del olor del profesional que nos atienda (cremas, perfumes…).
INVASIÓN DEL ESPACIO PERSONAL
El dentista debe estar pegado a nosotros para poder hacer su trabajo y a la mayoría de nuestros niño y niñas les incomoda muchísimo que tengan que estar tan cerca.
Para poder hacer estas situaciones más fáciles de llevar en NeuroAlicante apostamos por el trabajo entre los padres de los niños y el equipo de personal facultativo y sanitario que atenderá al pequeño en consulta.
TM. es un niño con Síndrome de Dravet, también conocido como Epilepsia Mioclónica Severa de la Infancia (SMEI), fue descrito en 1978 por la psiquiatra y epileptóloga Charlotte Dravet. Desde 1989 la Liga Internacional contra la Epilepsia (ILAE) lo incluye dentro del apartado de ‘Epilepsias y síndromes indeterminados respecto a la localización con crisis generalizadas y focales’. El Síndrome de Dravet es una enfermedad de origen genético y se encuadra dentro de la familia patológica de las canalopatías, ya que aproximadamente el 80% de los pacientes afectados presenta una mutación en el gen SCN1A.
TM tiene una dentición que ha sufrido unos cambios bruscos en estos últimos meses provocando desviaciones en las piezas dentarias que causan a su vez una maloclusión de los incisivos inferiores con los superiores. Esta maloclusión hacía que existiese roce entre las piezas que han terminado haciendo heridas en la encía y llegando a infección.
Unido a esto se ha sumado una época de aumento de las crisis epilépticas en las que a veces se mordía el labio y se hacían heridas. Al estar tan malito esos días y con labio inflamado era más complicada la higiene dental pues le molestaba todo mucho.
Así pasadas las semanas unimos problemas de maloclusión (que provocan heridas), aumento de las crisis (peor estado general), hipersensibilidad anterior (derivada del daño cerebral) han aumentado el miedo a todo lo relacionado con su boca.
Llegados a este punto la visita al dentista era obligada una vez estabilizase las crisis y sobre todo encontrásemos un gabinete dental especializado en personas con dificultades. Y vaya si nos ha costado, por desgracia las personas con cualquier discapacidad cognitiva o motora tiene en el ir al dentista la búsqueda del santo grial. Son escasísimos los profesionales que trabajan con personas con DCA.
Cuando nuestro pequeño con DCA tiene algún tipo de dificultad sensorial debemos informar a todo el personal sanitario que vaya a relacionarse con él. Solemos asumir que hay cosas que tienen que ser así y que hay que aguantar porque no queda más remedio, nada más lejos de la realidad. Debemos hacer una adaptación de la situación de exploración, los instrumentos, los materiales que se vayan a utilizar:
- Usar paños de tela en vez de una de papel
- Disminuir las luces de la sala de exploración
- En la medida de lo posible apagar equipos que emiten ruidos.
- Tener fotos de la consulta médica, de los profesionales que los atenderán para que no le sean extraños, otra de la sala de espera y otra de la entrada principal del centro.
Pedir una cita para para ir un primer día y que el niño pueda conocer el centro. En esa cita el personal sanitario les enseñará la consulta y hablará con ellos explicándoles cuál es su trabajo en un lenguaje que al niño le sea más fácil entender.
Una vez que encontramos una clínica dental especializada, durante este proceso en NeuroAlicante en las sesiones de estimulación de logopedia antes de que esta se produjera fuimos anticipándole al niño lo que va a ocurrir en la consulta al igual que se hizo en el colegio.
Nuestra estimulación logopédica la hicimos a través juegos con él “Vamos al dentista” repitiendo así lo que se puede hacer en la consulta incluyendo nuestros objetivos dentro de ese juego.
Nos pusimos a trabajar la parte sensorial y lo tiempos de espera; tanto trabajando en la boca como en posición decúbito supino sin trabajo para anticipar qué tipo de trabajo tendría que hacer él en el dentista y así que TM. estuviese tranquilo y no sintiese malestar ni dolor al sacarle el diente y demás.
Así hemos diseñado un trabajo desde todos los ámbitos:
- ANTICIPACIÓN con pictogramas de anticipación que son los que ya usan en el gabinete y están incluyendo también en el colegio.
- TERAPIA MIOFUNCIONAL:
Sensibilidad Táctil
Sensibilidad Térmica
- TIEMPOS DE ESPERA:
Contando los tiempos 1 al 10 de cada acción.
Estimulación de lo distal a los proximal
El resultado obtenido fue una visita al dentista exitosa, sin ningún estrés para el niño, sin la necesidad de tomar decisiones médicas especiales como llegamos a sopesar como eran una sedación o hasta anestesia.
A nuestro pequeño TM. Le extirpar el palatal superior que era el que daba mas problemas sin ninguna dificultad haciendo de este proceso algo natural tanto para el niño como para la familia.
www.dravetfoundation.eu